SEGROV, ROBERTO
El territorio sudamericano es una anatomía lastimada por las consecutivas pulsiones de violencia que le han querido dar forma. La colonización es una fuerza o intención que desde el principio supo plantearse como dinámica de explotación y brutal pedagogía de la subyugación. Las estrategias del poder se fundamentan en la aniquilación o asimilación de las fuerzas disidentes: el periodo denominado como Guerra fría es solo otra modalidad de la colonia. Es en este espacio en el que los personajes de Territorio suceden. El narrador es un hombre que ha atravesado el bosque de agujas que fueron y siguen siendo los cuarteles de tortura de las dictaduras del continente, en los que se buscó no solo obtener información sino borrar e instaurar la nueva identidad de las naciones desde mediados del siglo XX. Para hacer frente a la aniquilación del yo, el personaje principal se filtra a un mundo alterno que le permitirá refugiarse y posponer la vida para retomarla en algún punto futuro. Si llega a sobrevivir.rnLa ficción, sin embargo, extenderá sus tentáculos a otros tiempos y dimensiones de la realidad poniendo en entredicho la historia íntima y pública, convirtiéndolo todo en relato, sueño, mentira, testimonio, palabra dicha y asaltada. A la persecución, se opone la cultura como último bastión; el catálogo de la poesía, la música, la fotografía, la pintura, el cine y la telenovela del continente será una voz de mujer que mantiene firme al narrador ante la desintegración. Ignora el narradorrnque hace parte de un juego mucho más complejo y macabro en el que los servicios de inteligencia de las dictaduras y de las disidencias se encuentran como dos hojas afiladas que van sacando tajadas a los incautos que quedan atrapados en el centro mismo de la historia. El relato oficial de los tiempos desnudó e invisibilizó a esos incautos, esta ficción quiere devolverles la voz y la dignidad.