EDISON, MIKE
No se ha tomado aún suficiente conciencia de la importancia del trabajo de Charlie Watts como baterista y sostén de los Rolling Stones, verbigracia, su verdadero motor u0097aportación de cuya instrumental importancia siempre se hizo eco y reverencialmente subrayó el propio Keith Richards: u00absin Charlie no habrían existido los Stonesu00bbu0097. Y no le falta razón. Hay creadores póstumos, músicos cuya obra solo revela su significado décadas después de haber poblado los surcos de incontables grabaciones.He aquí la tardía reivindicación u0097con nocturnidad e idolatría; no en vano, este libro nace de una inquebrantable y muy docta devoción, y al más puro estilo gonzou0097 del acaso más incomprendido baterista de la historia del rock. Semblanza cuya lectura agradó sobremanera a un Charlie Watts u0097reacio, por principios, al vertido de elogios sobre su personau0097 pocos meses antes de dejar este mundo. No alcanza a ocultar el autor, en ningún momento, su incondicional adhesión al arcano arte de este simpar baterista, y nos invita, por medio de una accesible y cabal reflexión, a comprender la u0097nunca suficientemente bien ponderadau0097 razón por la cual u00abla banda de rock u0091nu0092 roll más grande de la historiau00bb necesitaba hacerse con los servicios u00abdel mejor baterista de rock u0091nu0092 rollu00bb.A lo largo de cinco décadas, a Watts le cupo el privilegio de disfrutar de la mejor localidad para gozar del espectáculo. Estrella antirroquera por antonomasia, fue testigo y protagonista destacado de una época irrepetible. Han pasado los años y han cambiado las técnicas y, lamentablemente para algunos, también las músicas, pero las tablas de la ley y la manera de tocar la batería en el rock se acuñaron entonces y fijadas quedaron para siempre. Edison nos cuenta aquí la apasionante historia de esa hazaña.